miércoles, 8 de diciembre de 2010

Como posos de te:


    Me habría gustado tener la decencia de decir algo que te sirviera. Me siento así frente al portátil y solo me vienen a la cabeza miles de signos de interrogación, grandes, pequeños, en blanco y negro y de miles de colores. Danzan y se abrazan entre si, ante mis ojos, de fondo, París. Y la gran pregunta de por qué, y el interrogante mayor de para qué. 
    Con una única idea clara las letras se suceden en la pantalla, "yo no se escribir, solo me quito la armadura". No pienso lo que hago, sólo vomito ideas que se me cruzan ante los ojos, porque por un pequeño momento no tengo miedo de que puedan pensar de mi. No me importa. 
    Con los ojos que se me cierran y ante lo que empezó como un nuevo texto para mi blog, me acurruco en mi edredón y me hago a la idea del futuro suspenso en arte mientras te digo buenas noches y me despido con un "seguimos en contacto" en la cabeza.

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