martes, 7 de diciembre de 2010

   Como alguien dijo alguna vez "todos morimos, pero no todos viven realmente". Yo he decidido vivir, y si para eso es necesario renunciar a incorporaciones diversas a mi vida que parecen querer quedarse atrás, no siento el menor remordimiento al hacerlo. Por mi parte rompo cadenas hoy. Quizá algún día te des cuenta de lo que pasa y te de por recuperar los eslabones perdidos. No aseguro mi presencia, pero tampoco puedo afirmar con franqueza la falta de esta.
    Tras la resaca de anoche que ha durado más de lo me habría gustado, comida, y sesión de cinerromantico casero, la velada transcurre sin incidentes importantes entre cigarros y cervezas que se suceden sin ritmo pero de forma casi continua.
    El chaparrón me devuelve a casa y a un edredón que hacía tiempo que empezaba a echar de menos. Me envuelvo y me dispongo a pasar la noche, de ser posible, sin que los recuerdos inunden de ayeres mis sueños.

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