domingo, 14 de noviembre de 2010

Un golpe de verdad:

     Estoy sentada en el salón de mi casa, acabo de estar estudiando, acabo de cenar con mis padres, de hablar de cómo celebrare el fin de exámenes, acabo de sentarme enfrente de mi ordenador con la idea de buscar algún tema para escribir aquí, acabo de estar ojeando mis fotos en diversos lugares para elegir cual utilizar hoy aquí, para buscar un tema del que escribir.
     Acabo de mirar la televisión y ver a Saith, a Saith y sus siete hijos, que viven en ocho metros cuadrados, que duermen bajo la mesa de su "casa", que no tiene más de un dolar al día. Acabo de percibir mi corazón encogiéndose al ver la sonrisa de ese hombre. Acabo de sentirme miserable. Si, realmente miserable.
   Me gustaría poder escribir algo que te sacara una sonrisa hoy, pero creo que nunca me había sentido así, hoy estoy vacía, vacía de todo pensamiento feliz. Se me ocurre que podría dar gracias por tener lo que tengo, pero no puedo dar gracias por algo de lo que no me había percatado nunca. No puedo dar gracias por una realidad que no me permite ver mas allá. No puedo dar gracias.
   Que duro pensar que no vas a salir de allí nunca. Si pienso mil veces que quiero salir de aqui, cómo se puede vivir con la idea de que NUNCA podras salir de Kibera, de ese inmenso gueto, de ese arrabal de Nairobi...
    Hoy sólo puedo pedir perdón por no haber sabido ver qué tengo a mi alrededor.

No hay comentarios: