Tras haber pasado el día entre libros, apuntes, fotocopias y demás utensilios de estudio que amargan nuestra existencia durante todo el curso pero más aun cuando la fecha de los globales es inminente y parece caersete encima como lo haría un edificio de 100 plantas al ser empujado por un gigante demoledor, como digo, tras 10 horas de estudio entre análisis de textos, filósofos, variedades lingüísticas y recursos literarios, me paro ahora y me pienso, y me doy cuenta al observarme de que no he tenido hoy tiempo siquiera para pensarte, de que me hubiera gustado tener ese tiempo.
Así que, ante la intranquilidad que me produce pensar que no he podido hacerlo he pensado que quizá no era un mal momento para dedicarte este espacio, este espacio de mi vida, de mi día, este espacio de mi tiempo que se me va de las manos.
Me acuesto así con la esperanza de, al menos, poder soñarte...
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