lunes, 6 de mayo de 2013

6 de mayo

Lo de mi día de hoy empieza a preocuparme. Pienso en las practicas atrasadas, los temarios por empezar, los examenes por presentarme... Me agobio, me falta el aire y salgo de la biblioteca para sustituirlo por nicotina. Me he olvidado la carpeta en casa. Vuelvo al coche, vuelvo a por ella, vuelvo a sentarme frente al mostrador de la entrada a la biblioteca. Llevo media hora y me doy cuenta de que no he leido ni una sola frase de los apuntes que tengo delante. Cojo el ordenador, abro un nuevo blog, trato de soltar todo lo que me esta bloqueando esta mañana, esta tarde, este día que se esta haciendo eterno, insufrible. Llevo una hora y el documento sigue en blanco. Decido cerrarlo. Me acuerdo de ti. Me enfado. Me enfada tu forma de ser, cada vez me caes peor. Me enfada aún más no ser capaz de poner letras a todos los pensamientos que me rondan la cabeza y que me encantaría vomitarte encima alguna tarde. Ahora me sobra el aire. Quiero fumar, no aguanto más aquí sentada pensandote, o pensandonos. O peleandome con unos dedos que no me dejan decir lo que quiero que escuches.

Este día de levantarme, de sentarme de nuevo, de salir, de entrar. De escribir sin sentido. De matar el tiempo por no querer matar a nadie. Este día de exámenes y trabajos terminados sin haberlos pensado siquiera. De hacer las cosas por inercia. Este día me está matando, o me esta dando ganas de matarme.

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