sábado, 4 de junio de 2011

Juegos

    Desde que nacemos nuestro día a día se desarrolla entre múltiples pedorretas cuando somos bebés, muñecas y castillos de arena, de niños, y estrategias, engaños y adivinanzas, de mayores ¿Nos pasamos la vida jugando? Y en tal caso, ¿somos conscientes de los riesgos que corremos con esos juegos?, ¿tenemos en cuenta el resto de nuestra vida antes de zambullirnos en uno de ellos?
    El ser humano, por gracia o por desgracia, es una estúpida máquina que tan sólo funciona mediante reacciones eléctricas entre neuronas, y la alteración de estas conexiones neuronales provoca en cada ser un choque de adrelanina que lo sacude como si se tratase de un patético muñeco. Nos sentimos inundados por esas sensaciones, por ese río que nos atraviesa de cabeza a pies moviendonos sin darnos tiempo siquiera a pensar. ¿Pensamos a la hora de actuar? ¿Valoramos?
    Sólo si nuestra vida física corre peligro seguimos una serie de directrices para protegernos, pero, ¿y nuestra vida emocional?. ¿No estaría bien tener un folleto que nos advirtiera de que ciertas conductas pueden significar un alto riesgo para nosotros o nuestras relaciones?


Cuidense, lectores, de los otros y de ustedes mismos. Porque a veces somos nosotros los mayores causantes de nuestro propio sufrimiento.

1 comentario:

Ezequiel dijo...

Los impulsos.
Actuar sin pensar, me gusta xDD
Y no es a veces, sino, prácticamente, siempre. Siempre somos culpables de lo que nos sucede.
Ya que todas nuestras acciones, por minúsculas que sean, influyen en nuestro futuro. Todo.