Y me empeño en subir la musica para no oir vuestras voces, para no
escuchar las criticas, para no oir en vuestras bocas lo que cada noche
me digo yo sola. Porque escuchar tus propios miedos en lenguas ajenas aterroriza
mucho mas.
Que nos creemos que las cosas si no las nombramos no son tan
reales. Que parece que si no salen de nuestra cabeza no pueden existir
mas aya de las fronteras del sueño. Pero lo cierto es que, aunque sola te
sorprendes subiendo el volumen para no escucharte a ti misma, cuando
alguien pone otra voza esos mismos pensamientos, la realidad cae como una
losa sobre tus hombros y te hace consciente de que da igual sobrepasar
la capacidad de los altavoces.
Lo cierto es que cuando tus miedos han
dejado de ser tuyos para pasar a ser los de otro, solo te queda encender
un cigarro, echar el pelo para atras y arrancar, que el semaforo lleva
un rato en verde.
Lo cierto es que solo te queda asumir la verdad, y la
verdad es que ha llegado el momento de bajar el volumen, escuchar lo que
tiene(s)n que decirte...
...y avanzar.
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